Tratar con clientes internacionales: Lo que hay que tener en cuenta cuando se quiere ampliar el negocio en el extranjero
Crear tu propia empresa desde cero y tener que tomar todas las decisiones ejecutivas es uno de los aspectos más emocionantes de ser empresario. No solo las decisiones del día a día sobre la gestión de la empresa recaen sobre tus hombros, sino también el panorama general.
En algún momento, muchos empresarios tendrán que pensar si es el momento de expandir su negocio al extranjero. El comercio mundial de exportación está creciendo. Así que la expansión en el extranjero parece ser el nombre del juego.
Pero eso no significa necesariamente que haya que instalarse en otro país. El mero hecho de tomar la decisión de ofrecer bienes y servicios en el extranjero ya es bastante complicado y hay muchos aspectos diferentes que hay que tener en cuenta para que funcione.
Superar la barrera lingüística y cultural
El lenguaje es clave cuando se trata de tratar con clientes internacionales, algo que se puede entender realmente si se toma un momento para reflexionar sobre cómo cambian las opciones lingüísticas de un cliente a otro en su propia lengua materna. El idioma es una herramienta que te ayuda a transmitir tu punto de vista y a relacionarte realmente con los consumidores y los vendedores, por lo que es necesario que te sientas seguro de poder expresarte adecuadamente.
Para la mayor parte de Europa, el idioma no debería ser un problema, ya que la gente está acostumbrada a tratar en inglés, pero si busca clientes en América Latina o Asia, puede que tenga que ampliar un poco su alcance.
Siempre es mejor contratar a un traductor y comprobar que no hay malentendidos en los acuerdos que descubrirlo por las malas. O puede tomar un atajo y contratar a un empleado bilingüe que pueda trabajar tanto en la comunicación como en el manejo de los negocios.
Lo mismo ocurre con la publicidad en mercados extranjeros: consiga un equipo que sepa que va a hacer el trabajo correctamente para evitar cualquier error tonto en la jerga local, o incluso connotaciones culturales que usted no tendría forma de conocer. Puede costar un poco más, pero sin duda merece la pena sólo por eliminar la posibilidad de un error de traducción legendario.
También está la cuestión de las diferencias culturales: hay que tener en cuenta las costumbres locales y entender que algunos países, como Japón o Francia, esperarán que te adaptes a los hábitos locales, pero incluso los que no lo hacen se muestran más receptivos a los textos localizados según sus preferencias y cultura.
Cobrar en el extranjero
Cuando uno proporciona bienes y servicios en el extranjero, necesita poder cobrar en ese país. A veces, no basta con dar el número de cuenta del Reino Unido. A la gente le gustan las opciones, especialmente a los clientes de lugares lejanos.
Hoy en día, todo es digital. Asegúrese de establecer opciones de pago alternativas en línea, como PayPal. Planifique con antelación y elabore un procedimiento estándar para aceptar pagos en el extranjero, pero asegúrese de ofrecer al menos un par de opciones. Pero antes de decidir las opciones que vas a dar, es mejor que revises las comisiones que conlleva cada opción y ajustes tus tarifas en consecuencia.
Las fluctuaciones recientes del cambio de divisas también pueden influir en esa decisión, y la investigación le ayudará a tomar la decisión más informada. ¿La moneda en cuestión se ha mantenido relativamente estable en los últimos años frente a la suya? ¿Cómo se ha comportado el mercado de divisas con respecto al par? ¿Se espera que haya alguna novedad que influya en esta relación?
Como propietario de una empresa británica que quiere expandirse a los mercados de EE.UU., se fijaría en el par de divisas GBP/USD; lo mismo ocurre con los propietarios de empresas estadounidenses que quieren probar en el Reino Unido. Investigar el comercio de divisas y cómo se han comportado últimamente las monedas que le interesan puede ayudarle a decidir qué moneda será la mejor opción para aceptar los pagos; por ejemplo, podría descubrir que la moneda local fluctúa mucho más que la suya, por lo que preferiría aceptar los pagos en su moneda nacional y evitar las caídas repentinas del precio, especialmente si se trata de grandes sumas que tardan algún tiempo en procesarse.
Una vez que haya decidido qué moneda le conviene, podría abrir una cuenta bancaria en moneda extranjera en su banco, especialmente si recibe regularmente pagos en una moneda concreta, para evitar comisiones de tramitación demasiado elevadas.
Ponga en orden sus obligaciones
Cuando se trata de clientes internacionales, hay que prestar atención a dos sistemas jurídicos: el propio y el de ellos. Si obtienes ingresos en el extranjero, es posible que tengas que pagar el impuesto sobre la renta en el Reino Unido. Todo lo que esté fuera de Inglaterra y Gales, Escocia e Irlanda del Norte cuenta como extranjero, así que asegúrate de revisar la legislación a fondo, preferiblemente con la ayuda de un contable.
Las cuestiones de cumplimiento general de los requisitos normativos son también uno de los aspectos más importantes del trato con los clientes internacionales. Por ejemplo, tras la entrada en vigor de la nueva legislación de la UE en materia de privacidad, el RGPD, las obligaciones de protección de datos cuando se trata de manejar los datos de los clientes se han vuelto mucho más estrictas, y los países de todo el mundo tienen que abordar esos cambios. Asegúrate de que cuando lleves a cabo operaciones en otro país estás familiarizado con la legislación y los requisitos locales, para evitar sorpresas desagradables.
Asumir riesgos forma parte de la emoción empresarial, pero todo buen empresario sabe que no hay que arriesgarse si no es necesario. Si se planifica con antelación y se tienen en cuenta todos estos aspectos, se pueden evitar las decisiones arriesgadas y limitarse a la parte buena de dirigir un negocio con éxito.
No hay una solución única, pero si investiga y habla con las personas adecuadas, obtendrá toda la información necesaria para tomar la mejor decisión posible, e incluso podrá encontrar nuevas oportunidades que no había considerado.