Formas sencillas de crear felicidad interior y aumentar la productividad (incluso cuando la vida es una locura)
La vida tiene retos que pueden ralentizarnos. Pero incluso en momentos de frustración y estrés, unos pocos pasos hacen que la vida sea más feliz y, con suerte, más productiva.
Hay ciertas constantes en la vida. Puedes estar seguro de que habrá altibajos. A veces las cosas pueden ser muy duras y se puede sufrir ansiedad, depresión y estrés. Para algunos, es cuestión de unos días volver a la acción. Para otros, y esto puede ser por varias razones muy válidas, puede hacer falta algo de ayuda para que vuelvan a ser felices y productivos.
La presión y la preocupación suelen ir de la mano. Lo importante es reconocer la necesidad de abordar el problema, afrontarlo, hacer las paces y seguir adelante. En algunos casos, la presión y la preocupación forman parte de una fase concreta de la vida, y en lugar de enterrarla en lo más profundo, lo mejor es trabajar en la creación de felicidad interior para superar el estrés. Esto, a su vez, ayudará a mejorar la productividad en todo lo que hagas.
Todo el mundo necesita un poco de ayuda cuando intenta encontrar su felicidad interior.
Permita que surja su paz interior
La paz interior sería muy fácil de conseguir si tuviéramos millones de dólares y una vida perfecta. Pero, como las cosas no funcionan así, tenemos que tomar las riendas de nuestra propia vida. Lo primero es reconocer que cada persona es diferente. Sé amable contigo mismo, puede que necesites frenar un poco, evaluar lo que te deprime y trabajar a partir de ahí.
Es importante reconocer que te sientes deprimido o decaído y que te gustaría salir de ello. A veces, lo único que necesitas es un amigo de confianza que te preste atención sin juzgarte y podrás solucionarlo. Otras veces, puede necesitar ayuda profesional (si es su caso, póngase en contacto con su médico u otro profesional médico de confianza). Es importante que te des un tiempo para revolcarte. Un día para sentir todo lo que eres, tal vez llorar o incluso dormir. Una vez que estés preparado para hacer un cambio, puedes trabajar en algunos aspectos sencillos de tu vida para alcanzar la paz interior.
Encontrar el origen del descontento
Es importante encontrar el origen de lo que te deprime y trabajar en ello. A menudo, mirar un problema desde una perspectiva tranquila puede darte una forma de resolverlo. Discutirlo con alguien de confianza puede ayudarte a ver las cosas desde otro punto de vista y puede presentarse una solución. Sopesa los pros y los contras de la acción que vas a llevar a cabo para resolver el problema y ve la mejor manera de hacer que las cosas funcionen en tus circunstancias. Es comprensible que las cosas no sean siempre blancas o negras. Busca formas de sortear el problema o de llegar a una solución para él.
Asegúrese de que todas las cuestiones personales de salud, financieras y de seguridad personal están bien atendidas. Asegurarse de tener la vida organizada ayuda mucho a poner la cabeza en un lugar donde se puede empezar a pensar más allá.
- El seguro es un respaldo importante que debe tener en caso de emergencia. Te da tranquilidad en caso de que ocurra lo impensable.
- Acude a un médico para que te revise y se asegure de que los problemas médicos no son la causa de tu malestar.
Despeje su vida
Empieza por mirar tu lista de tareas. A menudo descubrirás que has mordido más de lo que puedes masticar. Tanto en el trabajo como en casa, hay tareas que se pueden delegar en otros. Es un trabajo en equipo. Revisa tu lista de tareas y averigua qué es lo que realmente te corresponde hacer y qué es lo que otros pueden quitarte de encima. Delega. Paga a alguien si puedes (sobre todo para limpiar el horno, nadie quiere hacerlo).
Pasa a tu espacio de trabajo: despeja todo lo innecesario. No sólo aligera la carga visualmente, sino que te proporciona un espacio ordenado para trabajar. El desorden y el desbarajuste tienen una forma de añadir urgencia y estrés a cualquier cosa que hagas.
Trabajar en la gestión del tiempo
Evalúa cómo pasas tu tiempo. Las redes sociales se han convertido en una gran fuente de descontento. El miedo a perderse algo es real y es fácil buscar constantemente la validación de un mundo online invisible. Limita el tiempo que pasas en las redes sociales y reconecta con la gente en la vida real. No establezcas tus estándares de logro y autoestima en función de lo que veas en los perfiles sociales. Mucho de ello es positividad escenificada.
Elabora un horario para ti: para el trabajo, la socialización, el entretenimiento y, sobre todo, el tiempo para ti. Haz lo que te relaje: un té solo en el jardín, un rompecabezas o un paseo hasta la tienda local para comprar leche. Lo que sea, pero deja que ese tiempo sea tuyo.
Sea más productivo
Una vez que estés en paz contigo mismo, verás que la productividad en el trabajo aumentará de forma natural. Pero siempre hay algunas formas más de aumentar tu rendimiento, sin que ello suponga un esfuerzo innecesario para ti.
Controla tu ritmo de trabajo
Esto se consigue siendo disciplinado con el trabajo. Evalúa las tareas según su prioridad y asígnales plazos personales. Lo ideal es adelantarse un poco a la fecha límite real para tener un poco de margen de maniobra. Sé práctico y ten en cuenta las distracciones inevitables y las situaciones inesperadas que pueden apartarte de lo que estás haciendo. Aquí es donde el ritmo inteligente de las tareas garantiza que no acabes con múltiples cosas que hacer y sin tiempo para ello. También garantiza la calidad de todo lo que se hace.
Trabajo inteligente
Haz las tareas que no te gustan cuando estás más animado durante el día. Es muy agradable hacer las tareas que te gustan cuando estás un poco más relajado y sin presión. Termina tareas similares de una sola vez, aunque sean para dos cosas distintas. Fija mini-objetivos. Cuando los consigas, date un capricho. Haz una pausa para tomar un té cuando termines esa temida tarea; lee ese artículo en Internet justo antes de despedirte del día. Así tendrás algo por lo que trabajar.
Para llevar
Al final de la jornada laboral, dedica tiempo a algo que te guste hacer y que te ayude a desconectar. Permítase una palmadita en la espalda por las cosas conseguidas. Recuerda que habrá días buenos y días malos. La clave es reconocer los días bajos y trabajar para salir de ellos.